El 2 de
setiembre del año 1870 nació en la Villa de San Ramón, en el hogar de doña
Catalina Brenes, un niño que fue bautizado con el nombre de Alberto Manuel de
Jesús. Este niño, desde temprana edad demostró devoción por el
estudio, especialmente por la botánica. Cursó los estudios primarios en la
Escuela de Párvulos que dirigía el maestro don Leovigildo Monge. Después
de terminarlos, trabajó en la botica del doctor Hine, médico del Pueblo en
aquel tiempo, del que recibió las primeras lecciones de botánica.
Posteriormente cursó estudios superiores en su pueblo natal, en el Colegio
Horacio Mann, que fue fundando por el Lic. don Julián Volio en
San Ramón, cuando estuvo confinado por el Gobierno a residir en
aquel lugar.
Joven de
inteligencia despejada, de criterio analítico, se destacó en forma
sobresaliente entre sus compañeros, lo que le conquistó el estímulo y ayuda de
sus amigos para que se trasladara a San José a completar los estudios de
segunda enseñanza en el Liceo de Costa Rica, donde obtuvo el bachillerato.
Durante las vacaciones se trasladaba a San Ramón y recorría los bosques
cercanos, para coleccionar ejemplares para sus primeros herbarios.
El
Gobierno del Lic. don Bernardo Soto, en premio a su talento y a sus
esfuerzos de investigador en el campo de la botánica, le concedió una beca y lo
envió a Francia, para que cursara estudios superiores en la Universidad de la Sorbona.
Allí permaneció los primeros años, y después se trasladó a Suiza, donde en la
Universidad de Ginebra obtuvo el título de doctor en Ciencias Naturales. Una
vez que obtuvo el doctorado, tropezó con dificultades económicas, lo que lo
obligó a regresar a Costa Rica. El presbítero José Piñeiro y Gil,
sacerdote de nacionalidad española; que en ese tiempo desempeñaba el
curato de San Ramón3 pagó los pasajes de su bolsillo, para que
el joven Brenes regresara a su patria.
De
regreso a Costa Rica, trabajó como profesor en la Escuela de Farmacia, en el
Colegio San LuisGonzaga de Cartago y en la Escuela Normal
de Heredia.
En la
administración de don Julio Acosta se le nombró Jefe de la Sección Botánica del
Museo Nacional, donde desplegó una actividad extraordinaria en
la colección de plantas de nuestros bosques. Se calcula que todos los herbarios
coleccionados por el profesor Brenes a través de su vida de investigador,
ascienden a la cifra de 29000 números.
Se
trasladaba de su oficina a los bosques lejanos, especialmente al norte de la
ciudad de San Ramón, en la cordillera de Tilarán, y allí vivía meses
enteros, alejado del bullicio de las ciudades, entre la lluvia y el
frío, consagrado a sus investigaciones científicas y al descubrimiento de
nuevas especies de Orquídeas, que después iban a enriquecer los
libros de botánica y los museos de Estados Unidos y de Europa.
En una de
sus excursiones a la montaña descubrió en los cerros de Pata de Gallo, en los
montes del Aguacate, la existencia de "Cinchona pubescens",
planta de la que se extrae la quinina, y que se encuentra en forma natural en
pocos países de América, entre ellos Costa Rica.
Mantuvo
el Profesor don Alberto Manuel Brenes correspondencia con muchos científicos de
Estados Unidos y de Europa, y su nombre es mejor conocido en el extranjero que
en su suelo nativo.
En las
memorias de la Secretaría de Educación de la época, en los informes del
Director del Museo Nacional en la Revista de los Archivos Nacionales, al abrir
sus páginas, se encuentra la labor de este Sabio humilde, que nunca hizo alarde
de sus méritos ni de sus conocimientos y pasó por la Vida incomprendido para
los profanos de la ciencia, pero admirado y reconocido por verdaderas cumbres
del saber humano, fuera de las fronteras del suelo que lo vio nacer.
El
Profesor don Juvenal Valerio Rodríguez, Director del Museo Nacional, en Informe
de fecha 14 de enero de 1938, dirigido al Secretario de Estado en el Despacho
de Educación Pública, con referencia a la labor del Profesor Brenes, dice lo
siguiente:
"Las
plantas recogidas por el señor don Alberto M. Brenes en diferentes
fechas y localidades, cuyas determinaciones del exterior llegaron al Museo en
el año 1937, dan setenta y una especies nuevas para la ciencia"
El
Director del Museo enumera una lista de las nuevas plantas descubiertas, que en
los libros de botánica se les conoce como "brenesias", como un
reconocimiento a su descubridor.
Sigue
diciendo el profesor Valerio Rodríguez en su informe:
"7362
de la segunda serie, recogidas por el señor Alberto Ml. Brenes de 1921 a
1937, han sido montadas en la Sección Botánica y se encuentran incorporadas al
Herbario Nacional, lo que implica una labor de gran cuidado y mucho mérito, que
nos permite conocer cada día mejor nuestra Flora.-"
"639
plantas determinadas en el exterior han sido devueltas al Museo Nacional, a
solicitud nuestra, por ser ejemplares únicos. De esas plantas han
venido montadas en cartón 812 especímenes, de las cuales 284 corresponden
al señor Brenes"
En el
informe del profesor Valerio Rodríguez, Director del Museo Nacional, a la
Secretaria de Educación correspondiente al año 1939, en las páginas 4 y 5 dice
lo siguiente:
"A
principios de este año el Estado ha premiado con la jubilación, la larga y eficiente
labor de nuestro Botánico Nacional, profesor don Alberto M. Brenes. Trabajó don
Alberto por el incremento de la Sección Botánica del Museo Nacional y por el
incremento de la ciencia misma, durante largos veinte años; durante los cuales
fue siempre el maestro competente y cariñoso para cuantos buscaron su ayuda en
la iniciación en los estudios botánicos.
A
él - de quien podríamos decir que trasladó su cátedra de los Colegios para
servirla en el Museo-, se debe toda la joven generación de amantes de la
Botánica, de quienes hay mucho que esperar, seguidores como son
de las doctrinas del maestro. A principios de este año - decía -, fue acordada
la jubilación del Profesor Brenes, pero é1 no quiso retirarse: quería dar aún a
la institución sus esfuerzos y trabajo hasta finalizar el año, dando así el más
hermoso gesto de abnegación, del cual está llena su vida
ejemplar".-
"De
la obra de don Alberto ha dicho el doctor Standley en la Flora of Costa
Rica:
De los
costarricenses que han prestado seria atención a la flora nativa,
sobresale por su trabajo el Profesor Alberto M. Brenes, Botánico del Museo
Nacional, por muchos años, y quien ha llevado adelante por todo el país, el
trabajo de exploración emprendido por Pittier, con inigualable fervor y
devoción ha continuado sus colecciones hasta el presente y ha acumulado un
herbario de más de 20.000 números. Por el volumen y valor de sus
colecciones, no tiene rival en Centro América. En realidad, es incuestionable,
si alguien lo ha sobrepasado aun en la América del Sur si no
sean aquellos botánicos como Sruce, Glaziou y Ducke en
el Brasil".
"El
profesor Brenes -continúa
diciendo Standley- ha sido en extremo afortunado al poder incluir en
esta Flora la Colección única, no obstante que representa muchas distintas
regiones, éstas vienen en su mayor parte de las montañas de San Ramón, un
centro de inagotable variedad botánica, que ilustra bien la riqueza floral de
una región de las montañas de Costa Rica. Ninguna otra región de Centro América
ha sido tan intensamente estudiada, y la Flora de la región de San Ramón es
ahora mejor conocida que cualquier otra área centroamericana de igua1
extensión, sino sea la zona del Canal de Panamá, o Morelia en México. Qué
fortuna seria para la ciencia botánica, poder contar con muchos colectores de
tanto empeño y minuciosidad".
Después
del juicio del Director del Museo de Nueva York, Doctor Standley, sobre
el profesor don Alberto Manuel Brenes, cualquier opinión de nuestra parte está
demás. Es indudable que su ilustre personalidad en el campo de la
Botánica, a cuyo estudio consagró toda su vida, fue más conocida en los campos
científicos del mundo que en su propia patria, inclusive San Ramón, su pueblo
natal. Humilde hasta el extremo, nunca hizo alarde de sus grandes conocimientos,
ni de sus títulos académicos obtenidos en las mejores universidades de
Europa. Vivió toda su vida estudiando la Naturaleza y tratando de
descifrar sus misterios. Tuvo poco contacto con los hombres, excepto con sus
alumnos de escuelas y colegios. Como un monje solitario, vivió alejado de la
sociedad, en el silencio de la selva, entre pájaros, plantas y flores, para
clasificarlas en forma científica y enriquecer, - como dice el Profesor
Valerio Rodríguez -, como ningún otro costarricense, el Herbario del
Museo Nacional.
En el año
1939 se le jubiló con la suma de doscientos cincuenta colones (Ë250.oo),
cuando cum-plió 69 año, que fue la recompensa con que el Estado
premió sus eminentes servicios prestados a Costa Rica, que llevaron el nombre
del humilde sabio a los centros científicos del mundo.
Murió el
profesor don Alberto Manuel Brenes el 28 de mayo del año 1948. No
deja ningún capital, solamente una pequeña casa con una biblioteca, surtida
con libros en latín, alemán, francés, portugués y español, que fue el único
tesoro, con las colecciones de sus orquídeas, que dejó a la posteridad.
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